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Todos los derechos reservados. All rights reserved:
POESÍAS: propiedad de Isabel García Suárez
FOTOS: propiedad de Ángel Sánchez Rodajo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Foto: ESPÍRITUS DE LA NOCHE

¿QUÉ PASÓ?

¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?

Sólo sé que ella murió,
mi querida amiga.

Remota, allá donde el susurro de la vida
jadeante va a morir,
como la brisa marina que a la noche se
acerca dispuesta a viajar,
donde la tumba que para siempre se cierra
abre toda una perpetuidad.

Mis lágrimas son un torrente de luz,
que cuan música celestial acariciarte quieren.

Ni todos los océanos del mundo se podían
comparar con tus limpias pupilas,
ya inexistentes.

Enaltecido paraíso que ha descendido
sobre tu alma en paz.

El silencio lo ha acaparado todo… todo…

¡Y yo supe por qué te amaba,
y por quién lloraba!
 
Aún no ha pasado la tormenta del dolor…
He puesto mi mano en tus sienes y
mi voz se ha quebrado al sentir el
preludio de tu frío.
 
Mi fiel amiga:
¡ Duerme ¡  ¡Duerme para siempre en ese
nido de rosas!
¡Duerme y déjate impregnar por esa lluvia
de perlas que desde ahora salpicará tu descanso!
 
¡Cuánto dolor!
Lo trágico y lo cómico se entremezcla continuamente.
Risas en el esplendor de la vida,
lágrimas en la agonía de la muerte.

Me voy despacio, amiga mía;
cogeré de nuevo mi barca y mis remos.

Me iré de aquí,
no vaya a ser
que el caluroso día y
la mágica luz del sol te despierten en tu caminar.
 
Madrid, 16.07.1989

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Foto: TU ESTRELLA

LA VÍA LÁCTEA

Violines y trompetas,
sonaban en el silencio de la noche.

Era como si el cielo
hubiera besado
discretamente la tierra,
para que sus frutos
sólo soñaran con él.

El viento paseaba por los bosques,
el trigo se inclinaba levemente,
acariciando en silencio
los campos que le vieron crecer.

Así de clara era la noche.
y mi alma desplegó sus alas

                        lejos… lejos…

voló hacia el firmamento.

Allí donde se imaginan representados
personajes de las antiguas leyendas
mitológicas.

El fresco Hemisferio Norte:
Casiopea, Cefeo y el León.

El suave Hemisferio Sur:
Centauro, Erídano y Orión.

Es pronto para soñar,
el día sucede a la noche,
mi alma descansa en un puerto del Universo.

Miro en la profundidad oscura del cielo,
veo la luz de las estrellas vibrar
como abrasador polvo de fuego.

Soy el precipicio,
el travesaño que cruza tu arco iris,
culminando el sueño penetrante
que une mi cielo al tuyo.

¡Ah, quién pudiera viajar conmigo
en la fastuosa noche estelar!
 
Madrid, 09.07.1989

martes, 27 de diciembre de 2011

Foto: PASIÓN

PASIÓN

Me has tocado con tu mano poderosa
cuando acariciaba el cuerpo de mi amado,
y te has refugiado en mi vientre
albergando clamores de guerra.

Tu hechizo me ha atrapado
enloqueciendo mis sentido,
ha arrancado fuego de mis entrañas,
calcinándome la razón;
ha enfrentado todas mis fuerzas internas,
a veces abriendo orificios volcánicos
en toda mi geografía.

He sentido, pasión, tus violentos latigazos en la frente,
he bebido de tu copa hasta emborracharme de placer…
me he sentado en tu trono
y he saboreado las delicias incalculables
que me ofrecías.

Por ti he sufrido durante mucho tiempo.
Mi piel se ha bañado en tu mar, ardiente, voluptuoso.
Me has llevado danzando hasta el final del delirio.

La fuerza de tus lazos me ha inmovilizado
enroscándose sobre mi cuerpo abandonado,
después,
mis fronteras han ido cayendo,
una tras otra,
en una espiral sin retorno:
               ya no eras una pasión,
                        eran dos…
                        eran tres…

En esa turbulencia
he sentido que ahogabas mi tan querida libertad,
y no renunciar a ella era la consigna.
Por eso, no deseo tu trono, pasión,
sólo la deseo a ella:
 
            mi libertad.

Madrid, 12.06.1989

lunes, 26 de diciembre de 2011

Foto: TE VAS

AUSENCIA

Mi corazón se dolía mudo
al ver que te alejabas, poco a poco,
en aquel tren polvoriento.
Presagiaba que tu ausencia iba a ser duradera.

Mi esperanza se fue desvaneciendo
como el rocío al amanecer.
Mis mejillas iban tornándose rígidas y severas,
pensando en esa larga separación
de tu amada presencia.

Observé que todo mi cuerpo estaba bajo los
efectos incontrolados
de una pasión obstinada,
que hacía que mis piernas
flaquearan en el andén de la estación.

Te marchabas a descubrir nuevos mundos,
realidades distintas,
miradas que sustentaran tu nuevo caminar.
Ya no volverías a pensar
en nuestro brillante encuentro,
y todo sería para ti más valioso
que los días de amor…

Mañana llenas de dulzura
en las que paseábamos
cogidos de la mano
por los bosques de eucalipto.

Atardeceres, en los que mariposas de cien
colores diferentes
revoloteaban entre nuestras cinturas,
y en las que alimentábamos a los gorriones
en nuestras manos.

Noches frente al calor de la chimenea,
en las que nuestras sombras se unían en una sola,
donde la única ley eran las caricias,
inundándonos de alegrías y silencios.

Nuestros cuerpos embebidos en su danza amorosa
se perdían en la mirada de la aurora,
poniendo gotas de néctar
en nuestras sienes jóvenes.
Todo parecía eterno.

Hubiera deseado mantener este amor íntegro
en mi cielo,
pero tú ya estabas lejos…
                                   tan lejos…

¿Por qué no nos amamos con más fuerza?
Nunca nos hubiéramos tenido que decir…
adiós.

Madrid, 04.06.1989

domingo, 25 de diciembre de 2011

Foto: UN SUEÑO...

UN SUEÑO

Estaba apoyada en el alfeizar de la blanca ventana,
y te vi pasar sosegadamente, casi como un suspiro.

Rememoré tu cuerpo bello y valiente.
Tu semblante de fuego, bajo la carpa del circo de
la vida,
apostando siempre con una sonrisa que habitaba
todo tu entorno.

Mi amor por ti era un sueño perenne, inacabable.
Amor de miel y terciopelo,
perpetuo como las nieves de las altas cumbres.
Amor que emergí del agua ingenua y limpia,
salpicando con firmeza mi pecho desnudo.
Amor tallado por el mármol de la vida,
rebelde, perturbador como la luz de la mañana.

Todo duerme…
Porque mi amor está despierto.

Cuando la estrella de mi amor sonríe y
tus ojos de oro la miran,
el mismo amor penetra en mí, lleno de dulzura.

¡Oh, amor!
No debes tener miedo cuando el cielo se cubra
de nubes negras y la oscuridad oculte las estrellas,
y cuando la luna apenas se atreva a irradiar un solo
rayo de luz.

No debes sentirte afligido cuando sientas que las
rosas no desprenden ni un halo de su fragancia,
y cuando la soledad anide en ti, y ya no oigas
el canto de las sirenas.

Te vi despertar en mí, y te vi nacer como la raíz
suave de los abedules.
 
Y aún es más,
sé que tengo muchos sueños que soñar contigo.

Madrid, 28.05.1989

viernes, 23 de diciembre de 2011

Foto: LA LUNA Y LAS LUCIÉRNAGAS

LA LUNA Y LA URBE

Montada en tu caballo de acero,
brillando en el horizonte de asfalto
y erguida y bella,
nace la luna.

¡Oh, luna!, cuántos amores se arrullaron
a la sombra de tu luz,
escondiéndote tenuemente detrás
de los tejados, fábricas y chimeneas.

Cuántas caricias salpicaron mi piel joven
al amparo de tu sombra,
allá en aquel parque de la ciudad,
donde las rosas crecían
junto a las jeringas de heroína.

Te despiertas temprano
para aquellos que se refugian
en tu noche,
para aquellos que se afanan
Por el sustento del día.

Te despiertas para la mujer, el poeta;
para el ejecutivo,
para el viejo,
para el niño.

Cuajas de belleza las calles mojada
de la ciudad
y la conviertes en una especie
de paraíso plateado.

Al alba, cuando amanece,
te retiras silenciosa, calmada, tierna,
como si toda la sabiduría
que guardas
se la hubieras entregado
a los humanos que habitan
la gran urbe.

Madrid, 07.02.1989

jueves, 22 de diciembre de 2011

Foto: HORIZONTE DE AMOR

SOÑANDO QUE TE AMO

Toda una eternidad quisiera estar a tu lado.
Elevar mi rostro hasta el techo del cielo.
Mirarme en tus ojos, hasta que la llama del amor
fundiera nuestros cuerpos en un abrazo,
tan poderoso y sublime
que ni el mismo astro Sol
pudiera arrebatar este milagro.

Soñar despierta que te amo.
Soñar soñando que eres mío.

Calladas olas espumosas brotaban de tus manos
tenues, casi inolvidables,
como un salmo de amor
liviano y fresco.

Frondosos bosques de álamos y abedules
emergían de tu serenidad,
acaso un poco distante.
Un sorbo de felicidad dejaste entrever en el
hechizo de tu mirada.

Sentí latir mi corazón por ti.
Sentí su ritmo acelerado.
Sentí que mi corazón se paró por ti…
de amor.

Surgí de la muerte como un gran corcel alado
y brioso.
Crucé mundos sublimes de anocheceres anacarados,
brillantes.
 Jugué con seres amables y bondadosos que regalaban
amor y helados de fresa.

Conocí también anocheceres turbulentos, sombríos,
sin apenas una pequeña luz.
Hablé con seres incomprendidos, malgastados,
que se abatían en el olvido.

Hasta el cielo derramaba su simiente de amor,
por tan largo y duro viaje.

Y tú, mi amor, estabas allí,
tan cerca.
Recóndito y secreto como una
eterna sinfonía.

Milagroso y sutil como una
lozana alborada.
Valiente y cautivador como
un gran poeta.

Te toqué apenas un instante,
y vi la felicidad dibujada en mi mano.

Yo únicamente volví por ti,
horizonte lejano.

Madrid, 01.01.1988

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Foto: HIJO DEL AMOR

¡OH, PARAÍSO PERDIDO!

Por fin te hallé al atardecer crepuscular
de nuestro día,
allá en la inmensidad infinita de las estrella.

Caían ardientes pétalos de amor sobre tu frente libre,
como fascinantes luces encantadas,
que pareciesen frescos diamantes
impregnando tu letargo indómito,
rebelde.

Toda la esfera celeste abarcaba tu mirada intensa.
Nevaban rosas cuan gotas pequeñas y fecundas de cristal.
Llovían lirios y azucenas y azahares y jazmines.
Transparentes cantos de gorriones surcaban el arco iris
al ver tu llegada.

Un breve y silencioso adagio engalanaba tu piel.
Sirenas de plata arrullaban tus sueños.
Una estela anhelante de gaviotas tejía tu bello despertar.
Un oráculo de oro guardaba tu gran misterio.

Cantaba la guitarra el imperecedero amanecer.
Sonaba el arpa, sutilmente, con tañidos penetrantes.
Desbordaba el piano su latente acidez.
Una pintura mágica surgió en el trueno.

Nada…
Nunca nada fue tan sobrenatural como tu belleza.
Nada tan sincero y tan delicado como tu palabra.
Nada tan atento y tan suave como tu silencio.
Nada tan grato y misterioso como tu corazón.
Nada…
Nunca nada tan poderoso y penetrante,
como tu grandioso fulgor.

¡Dejadlo quieto!
Dejad quieto aquí, para siempre, mi corazón.
¡Dejadlo!, no lo agitéis ya,
nunca más.

Dejad que repose su diáfana y pura claridad.
Dejad que camine plácidamente a su lado
y que este momento quede atrapado aquí y para siempre,
en el tiempo.

Tanta espera,
tanta esperanza.
Afortunado destino.
Mereció la pena que yo naciera,
solamente por haberte conocido:

Hijo del Amor… Amor mío.

Madrid, 01.05.1987

martes, 20 de diciembre de 2011

Foto: AMORES Y DESENCUENTROS

CUÁNTAS VECES

Cuantas veces te he visto jugar,
melodiosamente callado,
con el fuego de aquella hoguera.

He visto tu dulce silueta
caminar entre el viento.
He visto la armonía de tus manos
deslizarse entre la verde hierba.
He visto la elegancia de tus pasos
caminando entre los claros trigales.
He visto la hermosura de tu rostro
reflejada en las aguas de aquel lago,
y el rubor repentino de tus dulces
mejillas adivinando la vida…
… … … … … … … … … …

Vacía, solitaria, anduve errante.
Perdí el Norte y el Sur,
perdí el centro de mi Universo…
Lo perdí todo.

Desnudé mi cuerpo y mi mente.
Busqué el calor de un abrazo,
la caricia que vistiese mi alma,
el beso que colmara mi deseo de amor.

Siempre llegué tarde a mis realidades
y a mis sueños.
salté barreras infranqueables,
Derramé sangre dolorida.
Crucé ásperos y espinosos caminos
de frialdad e indiferencia.

Mi cuerpo enfermó,
hasta que el dolor se hizo mi amigo.
Mi mente se oscureció,
hasta conocer la angustia del abismo.
Mi alma se resquebrajó,
lentamente, como un suspiro.
Mi corazón maltrecho dejó de latir;
se ocultó en el olvido.

Entonces
lo destruí todo…
… … … … … …

Huí de este mundo,
y decidí buscarte
EN LAS ESTRELLAS.

Madrid, 02.12.1986

lunes, 19 de diciembre de 2011

Foto: MATERNIDAD

TE HE DICHO UNA Y MIL VECES...

Te he dicho una y mil veces
que te quiero.
He gritado tu nombre con los puños apretados,
he crispado el gesto de mi rostro, tantas veces,
esperando tu llegada…

He soñado con tu pelo, bello terciopelo,
caricia susurrante entre mis dedos.

He soñado con tus brazos,
abiertos para recoger o transmitir ternura.

He soñado con tu sonrisa,
ventana abierta de tu ser, que todo lo ilumina.

He soñado con tu cuerpo resplandeciente,
suave, de formas multicolores.

Te he dicho una y mil veces que te amo,
pero tú sigues ahí, silencioso,
sin atreverte a cruzar la barrera,
esa simple barrera que es como de humo;
tan transparente a veces y otras tan densa, tan opaca,
que nos separa en el tiempo
como una eternidad: infinita.

Te intuyo tan cercano y a veces te intuyo tan lejos,
que te has convertido ya en parte de mí.

Eres como una ilusión cotidianamente inaccesible.
Eres como un deseo árido que me hiciera daño.
Eres como una provocación para mis lágrimas.
Eres como un gran amor, inconcebiblemente etéreo.

Te he dicho una y mil veces que te quiero.
Te he dicho una y mil veces que te amo.
He visto que venías hacia mí.
He visto que eras mío… hijo mío.

Madrid, 16.11.1986